Dentro de una circunferencia perfectamente imperfecta, Zona de Promesas es ese rincón que acobija y acompaña.
La calidez de sus pétalos invita a un juego eterno, emanando luz, calor, optimismo y libertad.
Su centro, de una energía única y fértil, es audaz y tímido al mismo tiempo.
Sus pétalos danzan, se entrecruzan, se tocan, se reconocen y se encuentran, es cierto que su baile es un baile propio, sin embargo sus huellas, sus marcas, nos hablan un idioma universal